No temas, seré tu manto roído a tramos áspero, otras distante y hasta agobiante, cuando ese calor ingrato de agosto nos destape. Sin reparos el arte querrá arrimarse y oler la piel, para sentir las historias llenas de magia de mujer. Vuela mi mente, con sensaciones de alma errante y sabedora de espinas, que nunca querrán rozarte y como no, planeare en abrazos para oler tu ombligo y soñar mil formas de enredar tu brillo. Y cuando al tocar tu alma con el filo de un instante… se estremezca el amanecer, yo recorreré de trinos los rubores de tu piel… y las melodías sobrantes cobraran vida en el placer, allí donde la vida esta echa de instintos. Maribel Rodríguez �a�2����y