Habían olores hipnóticos ,narcóticos , agradables por fuera de aquel local , en la parte trasera gente contando historias , algunas mentiras , algunas verdades .
Uno solucionaba el mundo y se intuía que por lo acelerado de su conversación y el movimiento ondulante de su mandíbula, el polvo rey de la década, había penetrado desde la entrada superior de su respiración hasta mezclarse con su sangre , ojos saltones , intensidad en las venas de su cuello .
Ella distraída con el humo , como si el mismo pudiera sacarla de allí , esperando a alguien o algo , expulsando y siguiendo aquella medusa blanca que sale de su boca,de sus tentadores labios rojos.
El otro, el alto, con la guitarra , con el pie sobre la jardinera afinando , con sus botas desgastadas y su sudor frío.
Yo mirándolos a todos perdido en sus historias obnubilado por la noche , en la puerta de atrás , en el lugar al que aveces y solo aveces pertenezco .